viernes, 20 de marzo de 2009

¿Quieren oir la verdad?

Me apasiona profundamente el conflicto arabe-israelí, por eso voy a hablar muy a menudo sobre el tema. A veces serán opiniones personales y otras comentarios de noticias que voy leyendo en los periódicos.
Suelo leer dos periódicos de tendencias divergentes, pero he ido descubriendo que los medios de comunicación se copian unos a otros y que prácticamente sobre noticias internacionales, escriben lo mismo.
Ya he leído algún que otro blog pro-israelí y he de decir que me han encantado. No es que esté de acuerdo con lo que dicen, pero obtienes información privilegiada sobre "la otra cara de la moneda".
Me explico.
Supuestamente voy a ser una futura periodista.
Supuestamente voy a aprender árabe y acabaré... a saber donde.
La objetividad no existe en mi profesión, o existe, pero no como medio, sino como fín.
Cada persona que está detras de una noticia vierte sus ideas en el contenido, quizá sin darse cuenta.
La mejor forma de escribir de forma veraz es contrastando las noticias, y sólo se consigue si aceptas, por muy doloroso que te parezca, la posibilidad de que parte de la verdad la tenga otra persona, también.

Dicho esto, uno se pregunta, ¿qué es la verdad?
Según la definición clásica, la verdad es la "adecuación o correspondencia de un juicio (o proposición) con la realidad".
Es decir, que la verdad es universal e inamovible. Podrá llamarse verdad a descripciones diferentes de la realidad siempre y cuando no se nieguen entre sí.

Pongamos como ejemplo una isla con sus montañitas, sus ríos, su playa y sus habitantes. Pongamos por caso que todos pueden observar la realidad que les rodea y que todos comparten la definición exacta de la montaña, del río y de la playa.
Supongamos que dos habitantes de la isla, más curiosos que la mayoría, deciden tirarse de bruces al mar para descubrir lo que se esconde bajo las aguas.
Un par de minutos más tarde, salen a la superficie y describen con detalles lo que han visto allá abajo. El sujeto A dice haber encontrado unas algas rojas y el sujeto B, dice que ha encontrado unas algas verdes.
Nadie sabe cual de los dos está mintiendo porque nadie se atrevió a sumergirse en el mar. Es más cómodo quedarse sequito en la orilla. Los habitantes de la isla los toman por locos o lo que es peor, se vuelven seguidores de uno u otro por lazos sentimentales, sociales o culturales con los ojos cerrados.

Cuando estos dos sujetos se reunen, descubren la realidad. Ambos no se han tirado desde el mismo lugar de la isla, sino que, el sujeto A se tiró por la esquina izquierda y el sujeto B, por la derecha.

¿Conclusión? La realidad es muy amplia y el ser humano tiene el conocimiento limitado a esa realidad, pero ser limitados no impide que podamos llegar a una verdad en su esencia. Ambos sujetos tienen razón, porque en ambos lados la realidad es tal y cómo la han expresado. No se han negado entre sí, sino que han descrito lo que han visto y sólo han podido comprobar la exactitud de su hallazgo volviendo a sumergirse y constatándolo, cada uno en el lugar del otro. Que se utilicen diferentes metodologías, tampoco supone una contradicción porque la verdad es universal y si dos proposiciones no se niegan entre sí, pueden formar diversas caras de una misma realidad.

¿A qué viene todo esto? Pues surge para eliminar los prejuicios, empezando con los propios. Hay una realidad inmutable, Israel ocupa territorios de forma ilegal, limita los derechos humanos y desobedece la justicia internacional. Pero Hamas es un partido islamista, que utiliza la propaganda de los mártires para que los niños, que ya odian a Israel porque viven cada día en la miseria, sigan la misma ola de violencia y se radicalicen, aun más si cabe.
La espiral del odio crece y crece tanto promovida por Israel, como por los propios palestinos, que están divididos y por lo tanto, son más débiles y vulnerables.

El ex-presidente israelí Katzav está imputado por los delitos de violación, agresión sexual y acto indecente pero en palestina hoy se vende a una "viuda de martir" por 3.000 dólares, porque dicen que sólo así se protege el futuro de las mujeres que se quedaron sin marido en la ofensiva.

Sinceramente, aún nos queda mucho por andar.

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